La iglesia católica tergiverso y adorno todo esto, contándonos la historia de una mujer de cabellera rojiza (irlandesa), llamada Santa Brígida, atribuyéndole la salvación de Jesús niño cuando la persecución de Herodes, relatando como se puso en mitad de un camino y entretuvo a los soldados romanos incendiando su hermosa cabellera. Después de este suceso, la guardiana de Jesús no vuelve a ser nombrada.
Lo más probable es que fuera una sacerdotisa-maga Druidesa quien fue la encargada de velar al niño y que se manifestó etéricamente en aquel lugar para impedir que los romanos mataran al niño. De ahí la leyenda de que Brigit protege a los niños desde su cuna.
Brigit es la Diosa del Fuego de la Vida, del Perdón, de la Transmutación e inspiración.
Brigit es la Diosa de la llama interior de vida, naturaleza y creación y la Guardiana del caldero y del cáliz, ya que ella representa el Sacerdocio del Santo Grial.
Su nombre significa “Brillante”
Era también conocida como: Brigantia, Brid, Bride, Briginda, Brigdu, Bridget y Brigit.
Otros nombres, la mayoría de ellos relacionados con sus atributos, dones y cualidades, como por ejemplo: “Poder”, “Flecha Flamígera de Poder” (Breo-Saighead o Saighit), y “La Poeta” (a quienes protege e insufla el fuego sagrado de la inspiración).
Llamada en ocasiones la Triple Brigit; Las Tres Damas Benditas de Britannia y “Las Tres Madres”.
Era considerada también la diosa del Fuego del Hogar. Protectora ante cualquier guerra, invasión o enfrentamiento, y por este motivo era llamada “Briga”. Sus sacerdotisas guerreras eran llamadas “Brigantes”.
En la mitología Celta la temporada oscura de Samhain a Imbolc es gobernada por la anciana Cailleach. Se dice que reina desde Ben Nevis y Winter’s Night y que al lavar su pálido rostro trae la primera nieve a la montaña anunciando el Invierno. Como uno de sus grandes objetos sagrados posee un stang o bastón de endrino, que utiliza para destruir la vegetación, derribar las hojas y elevar las tormentas de invierno.
Algunas tradiciones sostienen que Cailleach y Brigid son una y la misma diosa. En Imbolc Eve, la Cailleach viaja a Tir-na-nog (la Tierra de los siempre jóvenes) y allí encuentra un Pozo de la Juventud, bebe de él y se transforma en una bella doncella y su varilla detonante negra se convierte en una varita de curación blanca. Con un toque de esta varita sanadora, la hierba se vuelve verde y las flores de nieve comienzan a florecer.
El Glosario de Cormac del siglo X declara que Brígida era la hija del Dagda, el “Gran Dios” de los Tuatha de Danaan, citando lo siguiente …
“Mujer de sabiduría … una Diosa a quien los poetas adoraban, porque su protección era muy grande y poderosa”.
Otra razón para honrar a Brigid en Imbolc, es la exaltación de fuegos sagrados, ya que simboliza el fuego del nacimiento y la curación, el fuego de la fragua y el fuego de la inspiración poética.

Otro aspecto muy representativo estaba relacionado con una semilla colocada en la tierra esperando a brotar con este despertar de la tierra representando nuestros planes y proyectos para el año que comienza; Imbolc se ha convertido en un tiempo tradicional e ideal para grupos neopaganos para tomar juramentos, e incluso en algunas tradiciones someterse a iniciaciones de caminos iniciáticos espirituales.
Otro aspecto del fuego sagrado resaltado durante Imbolc es la luz. Imbolc tiene lugar en el pico del invierno, a medio camino entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Los días en este punto del año están creciendo notoriamente más y el regreso de esta luz junto con la promesa de la primavera que trae, se celebra en Imbolc. Esta reverencia por la luz se transfirió a la iluminación de velas cuando la iglesia transformó Imbolc en Candelaria. Incluso hoy es tradición en algunas partes de Irlanda encender cada lámpara o vela en la casa la víspera del 2 de febrero.
MANOS A LA MAGIA
En la víspera de la celebración era común durante el siglo XVIII tejer ‘cruces de Brigid’ de tallos de trigo, juncos o paja, y colocar el tejido en el alféizar de una ventana o desde las vigas para dar la bienvenida a Brígida, quien se dice que camina por la tierra en esta noche. Otra bella costumbre que les recomiendo ampliamente y tuve la oportunidad de experimentar cuando visite el Holy Thorn en Glastonbury, es la de atar algunas cintas de colores -según sea el caso de la petición- a algún árbol que tengan cercano a su hogar para que puedan ser bendecidas y cargadas por su espíritu errante en esta víspera y convertirse en poderosos hechizos de curación.

Estas figuras simbólicas de la diosa se colocarían entonces en una “cama”, por lo general una canasta o una pequeña caja, junto con una vara de abedul o sauce. La cama de la Diosa se colocaba en el interior del hogar. Una de las mujeres luego abría la puerta y gritaba suavemente, “La cama de la Diosa está lista”, a lo que las mujeres que quedaban dentro respondían: “Deja entrar a Bride, su fuego es bienvenido”. Al día siguiente, las adivinaciones y profecías se realizaban con los restos de las cenizas del hogar. Ver una “huella” de mujer en las cenizas fue especialmente afortunado.
